POBLENOU, BARCELONETA Y PORT OLÍMPIC
El barrio del Poblenou, uno de los núcleos que configuraban el antiguo municipio…
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BARCELONA
by LUGARIS
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“Archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y, en sitio y en belleza, única.” En estos términos se refería a Barcelona el mismísimo Miguel de Cervantes, uno de los muchos personajes ilustres que han caído rendidos ante el magnetismo de la Ciudad Condal.
Un poder de seducción que hoy, cuatro siglos después de aquellas palabras, continúa intacto. Así lo demuestran los más de 8,3 millones de pernoctaciones que registra anualmente la capital catalana, y que le han servido para consolidarse como uno de los destinos más visitados de Europa. Además, en el 2013, se convirtió en la primera localidad española en entrar en el top-10 mundial.
Son muchas las razones que explican el tirón de Barcelona: desde su combinación única de mar y montaña —la ciudad aúna la fotogenia del Parque Natural de la Sierra de Collserola
y 4,2 km de costa junto al Mediterráneo, dotados de 10 playas urbanas— hasta su generoso catálogo de edificios modernistas, pasando por su ingente oferta museística, gastronómica y de ocio.
Y todo ello sin olvidar que, en el 2015, se posicionó como la tercera ciudad del mundo en eventos de negocio, siendo superada únicamente por Berlín y París.
A esto hay que sumar una climatología excepcional, con inviernos suaves y veranos cuya temperatura media no suele superar los 26ºC durante los meses de julio y agosto. Asimismo, las lluvias son escasas, con registros en torno a los 600 mm anuales.
Con estas credenciales: ¿quién puede resistirse a alquilar apartamentos en Barcelona para sus próximas vacaciones?
Barcelona cuenta con tres estaciones de autobuses interurbanos: la de Sants, ubicada junto a la estación de tren y la parada de metro homónimas; la estación del Nord, al lado de la estación de metro de Arc de Triomf, y la de Fabra i Puig, junto a la parada de metro del mismo nombre y la estación de tren de Sant Andreu Arenal.
Éste son el punto de salida y llegada de autocares que conectan Barcelona con otras muchas localidades de la provincia, de España y de otros países de Europa, como Francia, Italia o Rumanía.
Hoy por hoy, el autocar es una de las vías más económicas para llegar a la capital catalana. Aunque también es una de las más largas para muchos turistas europeos. La ventaja que tiene el bus y el tren respecto al avión, es la posibilidad de montar rutas, o bien por Europa o por España, y así aprovechar más el largo viaje que puedas tener.
Podrás encontrar mucha información acerca de los diferentes itinerarios en las páginas oficiales de las compañías de buses.
La estación de Sants es la segunda estación de ferrocarril más concurrida de España, siendo sólo superada en número de pasajeros por la estación de Atocha de Madrid.
En ella se puede tomar el AVE, un tren de alta velocidad que permite viajar de Madrid a Barcelona en tan sólo 2,5 h, y desde Zaragoza, en 1,5 h. No obstante, también existen otras opciones más asequibles, como los trenes Avant, de media distancia, regionales o de cercanías, si bien no resultan tan rápidas.
Algunos de los trenes que salen desde Sants alcanzan importantes ciudades europeas, como París, Marsella, Niza, Ginebra, Bruselas, Turín o Milán.
Si vienes por pocos días, aunque es un poco más caro, te recomendamos que cojas el AVE. Este tren te permite viajar a muchas ciudades francesas y muchos destinos a nivel nacional. Es perfecto por lo corto de sus trayectos. Pero, si viajas con tiempo y puedes tomarte los viajes con más calma, los trenes hoteles que salen desde la ciudad de Barcelona son muy cómodos y puedes estar, por ejemplo, descansando tranquilamente en un camarote toda la noche y llegar a la mañana siguiente a París fresco.
El aeropuerto de Barcelona-El Prat (BCN), situado a 15 km de la ciudad y con cerca de 40 millones de pasajeros anuales, es el segundo con más usuarios de España, sólo superado por el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Dotado de dos terminales —la T1 y la T2, comunicadas entre sí por un autobús lanzadera gratuito—, en él operan más de 90 aerolíneas nacionales e internacionales, entre las que se cuentan compañías low cost como Vueling, Ryanair, EasyJet, Aer Lingus o Wizz Air. En total, estas operadoras ofrecen vuelos directos a más de 150 destinos desde Barcelona.
El aeropuerto está conectado con el centro de la ciudad por autobús urbano (46), un autocar directo (Aerobús A1 y A2, con parada en plaza de Catalunya), tren (parada Aeroport de Renfe), metro (L-9) y autobuses nocturnos (N16 y N17). Sus instalaciones también cuentan con una parada de taxis.
Otros aeropuertos relativamente cercanos a Barcelona son los de Girona-Costa Brava, Reus y Lleida-Alguaire.
Desde su fundación como colonia romana hacia el año 15 a.C., Barcelona ha ido atesorando un legado arquitectónico difícil de superar. Este ingente patrimonio monumental abarca más de 6.000 años de historia, desde el Neolítico hasta nuestros días, y se distribuye en diversos puntos de la ciudad.
A continuación, se resumen los 10 lugares imprescindibles de Barcelona.
El barrio del Poblenou, uno de los núcleos que configuraban el antiguo municipio independiente de Sant Martí de Provençals, aglutinó a finales del siglo XIX la mayor concentración industrial de Cataluña y una de las más importantes de España, lo que le valió el sobrenombre del Manchester catalán. De este período, aún siguen en pie no pocas chimeneas y fábricas que han sido cuidadosamente restauradas y que hoy son la sede de empresas, instituciones y universidades. En la zona, también puede visitarse el Museo Can Framis, de arte contemporáneo.
En este entorno privilegiado, y en la animada rambla del Poblenou, se enmarcan nuestros apartamentos Lugaris Rambla, situados a escasos 300 m de la playa de Barcelona y con numerosos restaurantes alrededor, así como el casino de L’Aliança, un centro cultural y recreativo convertido en el punto neurálgico de la vida cotidiana del Poblenou.
Y también en este mismo barrio, a apenas 200 m de las playas de Bogatell y la Mar Bella, encontrarás Lugaris Beach, nuestros confortables apartamentos en Barcelona con vistas al mar.
Finalmente, la Barceloneta es uno de los enclaves más típicos y singulares de Barcelona. Iniciado a mediados del siglo XVIII, se trata de un antiguo barrio marinero que aún conserva algunas de sus viviendas tradicionales y un gran número de marisquerías. Además, cuenta con una playa de 1,1 km de longitud y el Museo de Historia de Cataluña, desde cuya terraza se disfruta de una panorámica incomparable sobre el puerto. No muy lejos de allí, se halla el complejo lúdico y deportivo del Port Olímpic, que incluye el Casino de Barcelona. Tampoco queda lejos el Maremàgnum, un centro comercial con tiendas de moda que abren en domingo, restaurantes y salas de cine.
En el tramo de la avenida Diagonal más alejado del Mediterráneo, se pueden disfrutar de algunos lugares de notable interés, como el Palacio Real, el monasterio de Santa María de Pedrables, de factura gótica, o los pabellones de la finca Güell, una serie de edificaciones construidas por Antoni Gaudí en el exclusivo barrio de Pedralbes entre 1883 y 1887.
La zona también da cabida a unos grandes almacenes y a dos centros comerciales: Pedralbes Centre y L’Illa Diagonal, con tiendas de ropa, bares y restaurantes.
En el barrio de les Corts, se halla el estadio del FC Barcelona: el Camp Nou, cuyas 99.354 localidades lo convierten en el mayor de Europa. Asimismo, su museo es uno de los más visitados de toda Cataluña.
No lejos de allí, se encuentra el apacible y selecto barrio de Sarrià, un antiguo municipio que fue independiente hasta 1921 y que hoy se ha convertido en un lugar idóneo para ir de compras, pasear, ir a cenar en algún restaurante o salir a tomar una copa en alguno de los locales de las calles de Marià Cubí o Santaló.
El núcleo originario de la ciudad conserva sorprendentes vestigios romanos —como la antigua Barcino, que aún se puede recorrer en el subsuelo de la plaza del Rei, o las imponentes columnas del templo de Augusto, situadas en la calle del Paradís— y espectaculares construcciones medievales. Entre ellas, destacan la catedral y la iglesia del Pi, de estilo gótico, sin olvidar el barrio judío o Call, con rincones como la evocadora plaza de Sant Felip Neri o la sinagoga más antigua de Europa, sita en la calle de Marlet, 5.
Se trata de uno de los barrios más bohemios y con más encanto de Barcelona. Además de albergar la basílica de Santa María del Mar, uno de los grandes exponentes del gótico catalán, su mercado da cabida a las ruinas de diversos edificios y calles que fueron arrasados en 1714, tras la guerra de Sucesión. Se trata de un complejo arqueológico único en Europa, que acerca al visitante a uno de los episodios más cruciales de la historia de la ciudad.
Junto a este centro cultural, se halla el parque de la Ciutadella, un parque urbano construido con motivo de la Exposición Universal de 1888 y que se levanta sobre una antigua ciudadela militar. En él, se localizan el Parlamento de Cataluña, la sede del antiguo Museo de Zoología y el zoo.
Asimismo, en el Born también abren sus puertas el Museo Picasso, uno de los más visitados de Barcelona, el Museo Europeo de Arte Moderno y el Museo de las Culturas del Mundo. Todo ello sin obviar la dilatada oferta de restaurantes y pubs que jalonan el paseo del Born.
Si existe una calle pintoresca en Barcelona, ésa es sin duda Las Ramblas. Ubicada sobre lo que antiguamente había sido una riera, reúne un gran número de museos —como el Museo Marítimo de Barcelona, el Museo de Cera, el Centro de Arte Santa Mónica o el Museo de la Erótica—, teatros —como el Gran Teatro del Liceo, el Teatro Principal o el Poliorama—, el soberbio mercado de La Boqueria, restaurantes, floristerías y mercadillos de artesanía al aire libre, en el que conviven estatuas humanas, pintores, caricaturistas, músicos callejeros, y turistas de todas las nacionalidades.
En su tramo final, se alza el monumento a Colón, uno de los grandes iconos de la ciudad. Tampoco desmerece la singular plaza Reial, porticada y con numerosos restaurantes, pubs y discotecas.
Junto a las Ramblas, se despliega el singular barrio del Raval, el antiguo barrio Chino, que puede presumir de ser la primera zona habitada en la historia de Barcelona. Además de algunos monumentos de notable interés, como el monasterio de Sant Pau del Camp, de estilo románico, el antiguo hospital de la Santa Creu o el ya mencionado Palau Güell, también destaca por su oferta de restauración y ocio nocturno, así como por su ambiente cosmopolita: no en balde, más de la mitad de sus habitantes son extranjeros.
Su límite natural es la avenida del Paral·lel, que hasta el primer tercio del siglo XX albergó la mayor concentración de teatros y salas de fiestas de Europa. Algunos de ellos aún están en funcionamiento.
Además de ser el lugar en el que se han hallado los indicios de presencia humana más antiguos de Barcelona —allí hubo una cantera de jaspe que se explotó del 10000 a.C. hasta la época romana—, la montaña de Montjuïc cuenta con uno de los mayores abanicos de propuestas de cultura y ocio de Barcelona.
Urbanizada con motivo de la Exposición Internacional de 1929, en esta zona se encuentran el Museo Nacional de Arte de Cataluña, junto a la cautivadora Font Màgica, que exhibe la colección de pintura románica más importante del mundo; el Museo Arqueológico, el Museo Etnológico, el CaixaFòrum, el Museo Olímpico, el Teatre Lliure, el Teatre Grec, el Jardín Botánico y el Pueblo Español, un recinto que recrea ejemplos de arquitectura popular de toda España, y en el que también hay restaurantes, tiendas, talleres de artesanía, salas de exposiciones, discotecas y un tablao flamenco.
Tampoco hay que perderse la Anilla Olímpica, en la que se alzan el estadio Lluís Companys, la torre de Calatrava y el Palau Sant Jordi.
Desde el castillo de Montjuïc, se disfruta de una de las mejores panorámicas sobre Barcelona.
La urbanización de esta montaña —el punto más alto de Barcelona, situado a 512 m de altitud— y sus inmediaciones se llevó a cabo a finales del siglo XIX bajo el impulso del doctor Salvador Andreu. Sin duda, su principal aliciente es el parque de atracciones del Tibidado, de 70.000 m2 y el más antiguo en funcionamiento de España y el tercero de Europa. Algunas de sus atracciones, como La Talaia o L’Avió, son casi centenarias, mientras que el curioso Museo de Autómatas se enmarca en un antiguo teatro de 1908.
Otros rincones emblemáticos de la montaña del Tibidabo son el templo Expiatorio del Sagrado Corazón (1902-1961) y la torre de Collserola, de 288 m y obra del arquitecto británico Norman Foster.
A nadie debería de extrañar que a Barcelona se la conozca como la capital mundial del modernismo. Y es que pocos lugares pueden hacer sombra a la herencia de Antoni Gaudí, cuyas obras más famosas —la Sagrada Familia, la Casa Milà (conocida como La Pedrera), la Casa Batlló, el Park y el Palau Güell y la Casa Vicens— han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La misma distinción que han logrado otros dos recintos modernistas de la ciudad: el Hospital de Sant Pau y el Palau de la Música Catalana, diseñados por Lluís Domènech i Montaner.
Otras construcciones modernistas de interés son la Casa de les Punxes o Casa Terradas, en la confluencia de la avenida Diagonal con el paseo de Gràcia; la Casa Ametller y la Casa Lleó Morera, ambas situadas en esta última arteria. Tampoco hay que perderse la Torre Bellesguard o el Colegio de las Teresianas, que también llevan la rúbrica de Gaudí.
Además de los incontables reclamos que encierra Barcelona, la provincia también ofrece otros muchos alicientes. Como ejemplo, baste citar Santa Coloma de Cervelló, ciudad que acoge la cripta de la Colonia Güell, obra de Gaudí e incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el 2005.
No menos interesante son ciudades como Sitges, situada a tan sólo 40 km de Barcelona y uno de los laboratorios del modernismo catalán. Sus extraordinarias vistas sobre el mar, sus playas y su agenda cultural, con el Festival de Cine Fantástico o el carnaval como punta de lanza, explican por qué no hay que dejar de visitar esta magnífica localidad.
Asimismo, Barcelona también está muy cerca del circuito de Barcelona-Catalunya, en Montmeló, y de la inconfundible montaña de Montserrat, una formación geológica singular y dotada de una fuerte connotación espiritual, cultural e incluso mágica; el Montseny, un Parque Natural declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1978, y la zona industrial de Berga, ciudad cuya fiesta más conocida, La Patum, es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Para hacer compras, se aconseja visitar La Roca Village, un complejo de outlets al que se puede acceder en autobús desde varios puntos de Barcelona.
Con una tradición culinaria que se inscribe en la dieta mediterránea —declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en el 2010 y el 2013—, Barcelona es uno de los destinos favoritos para los foodies de todo el mundo.
Con un catálogo de más de 7.400 bares y restaurantes en el 2016, concentrados fundamentalmente en el distrito del Eixample, Barcelona es un lugar ideal acercarse a la mejor versión de la cocina catalana y de mercado, así como cualquier especialidad de la cocina internacional.
Del mismo modo, tampoco hay que pasar por alto que la Ciudad Condal reúne a restaurantes dirigidos por chefs premiados con estrellas Michelin, como Carme Ruscalleda (al frente de Moments, en el hotel Mandarin Oriental), Martín Berasategui (Lasarte, en el Hotel Condes de Barcelona), Jordi Cruz (Àbac) o Sergi Arola (Hotel Arts). Asimismo, Ferran Adrià también ultima su aterrizaje en la capital catalana.
Por otro lado, el casco antiguo da cabida a Can Culleretes, un establecimiento fundado en 1786 y que, según el libro Guiness de los récords, es el segundo restaurante más antiguo de España.
Aunque la ciudad de Barcelona no es productora de materias primas —de hecho, apenas posee superficie agrícola u explotaciones de granja— no se puede decir lo mismo de su área metropolitana, famosa por el pollo y la alcachofa del Prat, o de la provincia, con artículos tan apreciados como la fresa del Maresme o los embutidos de la comarca de Osona, con el fuet de Vic como buque insignia.
Entre los platos más tradicionales de la gastronomía de Barcelona, cabe referirse a los canelones Rossini, que entraron en el recetario catalán a finales del siglo XIX; la sopa de galets, la escudella y la carn d’olla, platos que no faltan en ninguna mesa en Navidad.
También tienen un largo recorrido la esqueixada y el bacallà a la llauna (dos especialidades a base de bacalao), la escalibada y las espinacas a la catalana. Y como no podía ser de otro modo, todo ello acompañado del indefectible pa amb tomàquet.
A la hora del postre, merece la pena degustar la crema de Sant Josep o crema catalana, el mató de Pedralbes (un tipo de queso fresco), el braç cremat (o brazo de gitano), los pets de monja, las cocas de Montserrat, la irresistible leche de pantera (una bebida con leche condensada y muy extendida en el barrio Gótico) y los panellets, unos mazapanes que suelen consumirse el día de Todos los Santos.
Otros dulces y productos de repostería ligados al calendario son el pan de Sant Jordi, el tortell de Reis (roscón de Reyes), las monas de Pascua o la coca de San Juan.
¿Te imaginas cómo será la sensación de saborear éstas y otras delicias en el balcón o la terraza de nuestros apartamentos en Barcelona?
Al margen de su generosa oferta turística, Barcelona también destaca por su variada programación eventos y festivales. Ésta incluye desde el Mobile World Congress, el mayor acontecimiento de la industria de la telefonía móvil, hasta el Salón Internacional del Automóvil (bienal y celebrado también en el recinto de Fira de Barcelona, en Montjuïc).
Tampoco desmerece su programación de artes escénicas, con festivales como el Primavera Sound, que tiene lugar entre finales de mayo y principios de junio, o el Festival Internacional de Música Avanzada (Sònar), que se lleva a cabo a mediados de junio y está consagrado a la música electrónica.
Otros festivales de peso son el Grec, de artes escénicas y que se celebra en verano, o las fiestas de la Mercè (el 24 de septiembre y los días anteriores), dedicadas a la patrona de Barcelona, en las que suele haber conciertos gratuitos a cargo de los mejores grupos del panorama nacional e internacional.
En agosto, las fiestas de Gràcia y Sants, en las que las calles decoradas son las grandes protagonistas, también son una cita obligada.
Asimismo, también conviene referirse a Alimentaria Barcelona, una feria multitudinaria que se pone en marcha a finales de abril; el Salón del Cómic, que se organiza a principios de mayo, y el Salón del Manga, a finales de octubre.
Por último, tampoco hay que perderse las fiestas del Corpus Christi, en las que diversos patios del centro de la ciudad se engalanan, y sobre cuyas fuentes y surtidores se coloca un huevo que mantiene el equilibrio sobre el agua. En catalán, a esta costumbre del siglo XVII se le conoce como l’Ou com Balla (‘cómo baila el huevo’).
Sin duda, alquilar apartamentos de lujo en Barcelona —algunos de los cuales están a la altura de los grandes hoteles— puede ser la mejor manera de disfrutar al máximo de todo lo que te ofrece esta inenarrable ciudad mediterránea.
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