- 1 MONUMENTOS EN BARCELONA QUE SON PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
- 1.1 Casa Milà o La Pedrera (inscrita en 1984)
- 1.2 Palau Güell (inscrito en 1984)
- 1.3 Park Güell (inscrito en 1984)
- 1.4 Palau de la Música Catalana (inscrito en 1997)
- 1.5 Recinto modernista de Sant Pau (inscrito en 1997)
- 1.6 Fachada del Nacimiento de la Basílica de la Sagrada Familia (inscrita en 2005)
- 1.7 Casa Vicens (inscrita en 2005)
- 1.8 Casa Batlló (inscrita en 2005)
- 1.9 Cripta de la Colonia Güell (inscrita en 2005)
- 2 PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD EN BARCELONA
España es el tercer país del mundo con más bienes culturales y naturales inscritos en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Y la provincia de Barcelona, una de los que más reúne (en concreto, nueve, todas de estilo modernista). Teniendo esto en cuenta, ¿por qué no aprovechar tu viaje a viaje a Cataluña para descubrir todos estos tesoros?
En Lugaris, queremos ponértelo fácil. Y no solo ofreciéndote los mejores apartamentos en Barcelona, sino resumiéndote esos rincones mágicos que son objeto del más alto reconocimiento y nivel de protección internacional. ¡Vamos allá!
MONUMENTOS EN BARCELONA QUE SON PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Por todos es sabido que el abanico de edificios históricos en Barcelona es ingente, y comprende desde las construcciones romanas hasta los rascacielos más vanguardistas. De hecho, existen más de 2.000 en los que los arquitectos más prestigiosos de cada época han plasmado su talento en piedra, así que dan para mucho. Incluso, para que la UNESCO se fije en sus construcciones más icónicas. ¿Ya las has visto todas?
Casa Milà o La Pedrera (inscrita en 1984)
Este soberbio edificio modernista, construido entre los años 1906 y 1910 y situado en el número 92 del paseo de Gràcia, es una de las obras más admiradas de Antoni Gaudí. Levantada por encargo de Pere Milà y Roser Segimon para que fuese la residencia de la familia Milà, La Pedrera está considerada por muchos como el mejor ejemplo de arte total, ya que combina arquitectura, escultura, cerámica y trabajos de forja en los balcones. Su espectacular fachada ondulante y las chimeneas que salpican su terraza, y que recuerdan a guerreros medievales, te dejarán sin palabras. Actualmente, se puede visitar la azotea, la última planta y un piso residencial con mobiliario de época. Asimismo, en la planta principal se llevan a cabo exposiciones temporales.
Palau Güell (inscrito en 1984)
En el número 3-5 de la calle Nou de la Rambla, justo a la entrada del emblemático barrio del Raval, encontrarás otro de los frutos de la relación entre Eusebi Güell y Gaudí. Se trata del Palau Güell, un lujoso edificio realizado entre 1886 y 1890 para que sirviera de residencia familiar, y uno de los primeros encargos importantes que recibió su autor. En su interior, serás testigo de cómo Gaudí logró el máximo aprovechamiento de la luz natural. Dedica también un tiempo a contemplar sus chimeneas multicolores. ¡Te asombrarán!
Park Güell (inscrito en 1984)
Situado en el distrito de Gràcia, este maravilloso parque —construido entre 1900 y 1914 e inaugurado en 1926— es uno de los trabajos que el industrial Eusebi Güell confió a Gaudí. Esta obra maestra se enmarca en la etapa naturalista del arquitecto de Reus y exhibe elementos de gran belleza. Entre ellos, destacan la escultura de la salamandra que preside la entrada, una sala hipóstila coronada por una plaza con bancos decorados con trencadís, una columna con forma de lavandera, la casita del Jardinero (visitable por un precio adicional)… Aun tratándose de un proyecto de ciudad-jardín inacabado, no puedes dejar de recorrer sus 17 hectáreas. Además, allí disfrutarás de una de las mejores vistas sobre Barcelona.
Palau de la Música Catalana (inscrito en 1997)
Este magnífico auditorio, situado en la calle de Sant Pere més Alt, en el barrio de la Ribera, lleva la firma de Lluís Domènech i Montaner, uno de los principales exponentes del modernismo catalán. Erigida entre 1905 y 1908, esta construcción es un compendio perfecto de arquitectura, escultura, mosaico, vitrales y forja. El recinto también es la sede del Orfeó Català, fundado en 1891. Cuando estés dentro, presta atención a su llamativa cúpula invertida, sin duda su elemento más definitorio. Aunque se organizan visitas guiadas periódicamente, también puedes asistir a uno de los conciertos que allí se celebran para rendirte a la belleza de esta joya arquitectónica.
Recinto modernista de Sant Pau (inscrito en 1997)
Probablemente, este antiguo hospital es uno de los más bellos del mundo en su género. La ambiciosa iniciativa, sufragada por el banquero Pau Gil, fue construido entre 1902 y 1930 en dos fases. Durante la primera, también a cargo de Lluís Domènech i Montaner, se levantaron 13 pabellones que destacan por su riqueza ornamental. Los 6 pabellones restantes, de factura mucho más sobria, se llevaron a cabo a partir de 1920 de la mano de Pere Domènech i Roura, hijo del anterior. Si bien se trata de un proyecto inacabado —la superficie construida debía de ocupar nueve manzanas del Eixample—, sus dimensiones son imponentes.
Fachada del Nacimiento de la Basílica de la Sagrada Familia (inscrita en 2005)
Volvemos a fijarnos en Gaudí para referirnos a su obra más universal: la Sagrada Familia, uno de los tres lugares turísticos más visitados de España junto con el Museo del Prado y la Alhambra de Granada. El proyecto fue iniciado en 1882 en estilo neogótico por el arquitecto Francisco de Paula del Villar, a petición del librero Josep Maria Bocabella. Sin embargo, las discrepancias entre ambos provocaron que Gaudí lo asumiera al año siguiente. Su conclusión está prevista para 2026, año en el que se cumplirán 100 años de la muerte del genio de Reus, quien está enterrado en la cripta del recinto. Una vez acabada, la basílica contará con tres fachadas —la del Nacimiento, la Pasión y la Gloria— y 18 torres, dedicadas a los 12 apóstoles, los cuatro evangelistas, la Virgen María y Jesucristo. Descubre más sobre esta obra leyéndolo todo sobre la inspiración de Gaudí.
El precio de la entrada también incluye la visita al museo y a las Escuelas Pías, también diseñadas por Gaudí, donde estudiaban los hijos de los obreros.
Casa Vicens (inscrita en 2005)
El primer trabajo relevante de Gaudí, ubicado en la calle de las Carolines, 18-24, en Gràcia, abrió sus puertas al público en otoño del 2017. De estilo neomudéjar, este edificio se inscribe en la época orientalista de Gaudí. Inaugurada en 1888 y construida como residencia de veraneo de la familia de Manel Vicens i Montaner, esta casa exhibe un interesante trabajo de la forja y cerámica —¡atención a los detalles florales!—, si bien el elemento predominante en su fachada es el ladrillo.
Casa Batlló (inscrita en 2005)
Esta residencia modernista —que forma la llamada Manzana de la Discordia junto con la Casa Amatller y la Casa Lleó Morera— es el resultado de una reforma que Gaudí realizó en una finca anterior entre 1904 y 1906. Perteneciente a la etapa naturalista de Gaudí, este edificio también es conocido como la Casa del Ossos (‘Casa de los Huesos’) por la curiosa forma de las columnas que decoran la fachada del piso principal. Su imaginativo tejado, que imita las escamas del lomo de un dragón, te entusiasmará. Situado en el paseo de Gràcia, 43, este edificio de viviendas fue un encargo del industrial Josep Batlló, quien lo utilizó como residencia.
Cripta de la Colonia Güell (inscrita en 2005)
La pequeña localidad de Santa Coloma de Cervelló, situada a apenas 20 km de la ciudad de Barcelona, da cabida a la Colonia Güell, una antigua colonia industrial que acoge la cripta de una iglesia inacabada. Diseñada por Gaudí, se construyó de 1898 a 1914 por deseo del empresario Eusebi Güell para que sus trabajadores asistiesen a los oficios religiosos. Sin embargo, tras su muerte, sus hijos se desentendieron del proyecto, por lo que quedó inconcluso. De haberse finalizado, estaríamos ante una maqueta monumental de la Sagrada Familia, en palabras del propio Gaudí. Consagrada en 1915, la cripta fue incendiada durante la Guerra Civil y restaurada en 2002 por la Diputación de Barcelona.
PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD EN BARCELONA
Aunque todos estos monumentos ya justifican sobradamente unas vacaciones en la capital catalana, la lista del Patrimonio UNESCO en Barcelona va más allá de estas construcciones de ensueño. En efecto, esta provincia también da cabida a manifestaciones culturales que también han sido objeto de protección por parte de este organismo internacional. Son las siguientes.
La Patum de Berga (2005)
Esta festividad, documentada desde 1525, se celebra anualmente en la ciudad barcelonesa de Berga coincidiendo con la semana del Corpus Christi. Sus actos centrales consisten en desfiles en los que participan representaciones de figuras místicas y simbólicas —siendo el Águila la más conocida—, que se mueven al ritmo del tambor y de la música. Asimismo, el uso de artefactos pirotécnicos y del fuego en los bailes refuerza la solemnidad de esta fiesta.
La dieta mediterránea (2010)
No es de extrañar que España sea uno de los países con mayor esperanza de vida del mundo. Un hito al que contribuye decisivamente la dieta mediterránea, que se caracteriza por el consumo de frutas y verduras, productos de la vida y el aceite de oliva, el oro líquido de nuestros fogones. Si durante tu paso por la capital catalana te animas a probar los platos típicos de Barcelona, verás que muchos de ellos se inspiran en este saludable hábito nutricional.
Los castells (2010)
Los castells (en castellano, ‘castillos’) son una de las señas principales de identidad cultural en Cataluña. Básicamente, podríamos definirlas como construcciones de torres humanas, llamándose castellers a las personas que las ejecutan. Esta tradición surgió a finales del siglo XVIII en Valls, Tarragona, cuando diversos grupos llamados colles empezaron a competir entre ellas para ver quién lograba hacer el castell más alto. El uso de la música de gralla sirve de orientación a los castellers. No dejes de disfrutarlos, ya que los castells son todo un clásico en la mayoría de las fiestas populares de Barcelona.
La piedra seca (2018)
Esta técnica constructiva, también presente en determinadas zonas rurales del resto de España y países como Croacia, Chipre, Eslovenia, Francia, Grecia, Italia y Suiza, es uno de los iconos del campo barcelonés. La principal característica de este arte es el empleo de piedras, pero sin recurrir a ningún tipo de mortero o argamasa. A veces, se utiliza arena seca para rellenar los huecos de los muros, lo que da nombre a este procedimiento. Algunos municipios de Barcelona cuentan con ejemplos interesantes de edificios de piedra seca, como El Pont de Vilomara i Rocafort, en cuyas inmediaciones pueden admirarse unas tinas de vino ejecutadas con este método constructivo.
¿Qué te ha parecido? ¿Tienes algún punto de la lista pendiente? Sea cual sea tu caso, escríbenos: ¡nos encantará conocer tu experiencia!
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